4º A
Sus hojas caen tan lentamente
de los árboles frondosos
de aquel horrible bosque
donde el lobo comió a Caperucita,
roja sexy,
manzana envenenada,
roja como la sangre,
azul como el cielo
y como tus ojos
me alumbran cada mañana,
pero me voy como un desertor
con el rabo entre las piernas.
Huyó el lobo de la abuelita
porque ya no tenía más hambre,
estaba harto de intentarlo,
no quedaba ni una pizca de esperanza.
No tengo de eso,
tengo de lo otro.
4º B
¡Que siga el juego!
Sigamos adelante
todos juntos,
en el parque con los hermosos pájaros.
Vuelan por el cielo azul
los pájaros de bellos plumajes.
Aliñaban locamente la ensalada
acompañada de patatas.
Dulce y sensual,
avanzaba calmado,
sin prisas.
Comí la hamburguesa
como una duquesa
que vuela en busca de un alma en pena,
el pájaro de misteriosos ojos encima de los tejados.
4º C
¿Quién teme al lobo feroz?
Lo teme el gran labrador.
Herirse con la hoz
no se puede hacer con mi voz.
Creo que soy medio mudo
porque no soy capaz de hablarte
cuando me miras con esa cara intrigante
y con cara de inmigrante.
Vio pasar su vida por delante
como un corazón lleno de adrenalina
que nunca se detiene, nunca para
el tren hacia Fuenlabrada.
Esta historia es una guarrada.
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